El Mentoring corporativo es una de las mejores inversiones en estos tiempos de hipercompetitividad, para, así, aprovechar y conectar toda la sabiduría, el conocimiento, el saber hacer y la experiencia de las organizaciones.

Además, el Mentoring en sí mismo es una forma de retención del mejor talento y foco de motivación tanto para los mentores como para los mentees. Supone una forma tangible de reconocer y apostar por el talento interno y hacerlo crecer.

Desarrollar un programa de Mentoring corporativo es una decisión estratégica a largo plazo y no consiste, únicamente, en poner en marcha un programa de formación y desarrollo. Y como cualquier decisión estratégica tiene que responder a un Plan que defina con toda claridad el para qué, el para quién, el cómo y el cuándo.

En ese Plan hay que tener en cuenta a todos los protagonistas y stakeholders, con el objetivo de crear una experiencia memorable y holística para todos. Por eso, habrá que abordar aspectos de comunicación interna, formación, desarrollo y talento y definir qué colectivos han de participar, organizar la entrada, la evolución del programa, la medición del impacto y la salida.

Es una oportunidad de desarrollo y crecimiento para todos los participantes que abarca tanto la incorporación de habilidades, principalmente de liderazgo e inteligencia conversacional para los mentores, como las habilidades de dirección, management y desarrollo de negocio para los mentees.

El Mentoring corporativo también es una excelente oportunidad para abrir la organización a la transversalidad, romper silos y conocerse internamente para, después, re-conocerse en todo lo que se hace bien y poder cambiar aquello que podría hacerse mejor.