En el mundo contemporáneo formar equipos de alto rendimiento y desarrollar una cultura organizacional sólida es clave para alcanzar resultados  excepcionales. Una colaboración eficaz, respaldada por una cultura organizacional fuerte, potencia la productividad, la innovación y la satisfacción de los empleados. Pero ¿cómo se construye un equipo de alto rendimiento?

• Tamaño óptimo del equipo: Idealmente, los equipos deben contar con entre 6 y 8 miembros (dependerá del tipo de equipo y proyecto). Equipos más grandes pueden conllevar problemas de coordinación y una menor productividad, ya que algunos miembros podrían sentirse marginados o mantener una actitud pasiva.
• Diversidad invisible: Más allá de la diversidad visible (género, edad, etnia), es crucial considerar la diversidad de pensamientos y experiencias personales. Esta diversidad fomenta ideas más innovadoras y enfoques creativos para resolver los problemas.
• Complementariedad: La compatibilidad entre las personalidades y habilidades de los miembros del equipo es esencial. Un ejemplo sería Ringo Starr con The Beatles, cuya creatividad única fue vital para el éxito del grupo, más allá de su habilidad técnica.
• Reclutamiento entre pares: Involucrar a los compañeros de equipo en el proceso de selección aumenta la probabilidad de una integración exitosa y una colaboración efectiva. Este método asegura que los nuevos miembros encajen mucho mejor con el equipo existente.

Dinámicas efectivas del equipo.  

Una vez formado el equipo de alto rendimiento, es necesario establecer dinámicas efectivas de relación:

• Cultura de feedback: Sesiones regulares de retroalimentación ayudan a los miembros del equipo a sentirse más cómodos al dar y recibir comentarios constructivos, mejorando la cohesión del equipo.
• Check-in y check-out del equipo: Comenzar y terminar las reuniones charlando sobre relaciones y sentimientos del equipo promueve la transparencia y aborda tensiones, mejorando a su vez la productividad.

Seguridad psicológica 

La seguridad psicológica es fundamental para fomentar la innovación. Los equipos que se sienten seguros para expresar sus ideas y asumir nuevos riesgos son mucho más innovadores. Google sería un ejemplo de empresa que promueve esta seguridad psicológica, alentando a los líderes a compartir historias personales para modelar la vulnerabilidad y el apoyo mutuo.

Cultivando una cultura de alto rendimiento 

Una cultura de alto rendimiento alinea los valores organizacionales con los comportamientos de los empleados, promoviendo la responsabilidad, la mejora continua y el logro de objetivos. Las características de una cultura de alto rendimiento incluyen:

• Liderazgo empático e inclusivo: Los líderes deben modelar los valores y comportamientos deseados. La empatía en el liderazgo construye confianza, lealtad y satisfacción laboral.
• Respeto por los empleados: Los empleados que se sienten respetados son más productivos y leales, creando un ambiente de trabajo positivo.
• Aprendizaje y desarrollo: Oportunidades continuas de aprendizaje, alineadas con los objetivos personales y profesionales, mantienen a los empleados comprometidos y capacitados.
• Transparencia en el lugar de trabajo: La comunicación transparente construye confianza y fomenta la creatividad. Los empleados prefieren lugares de trabajo donde puedan compartir libremente sus ideas.
• Confianza de los empleados: Proveer a los empleados de autonomía y recursos aumenta su propia confianza, motivación y productividad, promoviendo un entorno más colaborativo.

En resumen, crear equipos de alto rendimiento y una cultura de apoyo es esencial para que las organizaciones modernas prosperen. Al enfocarse en el tamaño del equipo, la diversidad de pensamiento, la complementariedad y el reclutamiento de pares, y fomentar una cultura de retroalimentación, seguridad psicológica y aprendizaje continuo, las empresas pueden lograr un rendimiento muy superior y una mayor innovación.

Los líderes juegan un papel crucial al modelar los comportamientos y valores deseados, asegurando la confianza de los empleados y alineándolos con la misión de la organización.